Plantea regente: La Luna
Elemento: Agua
Modalidad: Cardinal
Los Arquetipos: La Madre, El Curandero, El Sensible, El Hombre (mujer) Invisible, El Psicoterapeuta.
Las personas nacidas bajo el signo de Cáncer son muy impresionables y el nivel emocional está especialmente activo.
Estos nativos están especialmente influidos por la Luna y sus fases por lo que pueden percibirse como cambiantes y/o especialmente suceptibles. El objetivo de desarrollo de este nativo es una enorme capacidad para navegar en los mundos internos de la sensibilidad y la imaginación. Las emociones y los sentimientos tienen un papel muy importante. Su elevada sensibilidad puede generar reacciones intensas con quienes los rodean.
Este nativo tiene mucha facilidad para hablar fluidamente el lenguaje de las profundidades del yo, el lenguaje de los sentimientos. Es así que, en el signo del cangrejo, el volumen de la subjetividad y las emociones esta amplificado al máximo. En un mundo ideal, este tipo de vulnerabilidad no representaría ningún problema.
Pero la realidad no es tan gentil, por lo que es habitual que -como su símbolo marino- el canceriano proteja sus procesos interiores, escondiéndose con frecuencia dentro de una caparazón de timidez o retirándose mientras recupera fuerzas.
Cancer es también el signo de los recuerdos por lo que podemos encontrar experiencias desagradables e impresiones espantosas de la infancia conservadas en el pozo de la memoria que pueden ser verdaderos obstáculos para la experiencia vital. En caso de experiencias traumáticas no asimiladas o no resueltas, el miedo al mundo puede ser tan grande que los asuntos cotidianos de la vida se vean como dificultades insuperables. Entonces no nos atrevemos a salir y nos quedamos sentados entre las cuatro paredes, solos y aislados, porque sólo nos sentimos seguros en nuestra propia casa y en nuestro interior. Esto puede llegar incluso hasta el punto de levantar barricadas a nuestro alrededor, lo cual acaba impidiendo el crecimiento. Por lo tanto, Cáncer debe aprender a liberarse de los recuerdos amargos, de los fracasos y de las decepciones del pasado. Auto-protegerse de manera radical esta bien al principio, pero después de un tiempo Cancer debe reunir el coraje para deshacerse de su caparazón para atreverse a amar y permitirse ser amado.
Cuando cáncer se conoce bien y ha seguido el camino de la sanación interior puede aprender a gestionar su profunda emocionalidad como una herramienta. De más está señalar que, conocer el signo de emplazamiento y los aspectos de la Luna en la carta natal será determinante para conocer cuales son los matices que colorean la emocionalidad y la auto-expresión del individuo cáncer y las vías más adecuadas de gestión emocional.
En cierto modo, la elevada capacidad de percepción del entorno del canceriano puede describirse, como en el campo de la gestación, a través de una espera pasiva y una permeabilidad al entorno. Así podemos comprender a plenitud el propósito de Cancer, reconociendo que, cuando hablamos de sensibilidad esta no está limitada a su propio sistema psíquico como individuo, sino también a una capacidad expandida de percibir y sintonizar con los sentimientos y emociones de otras personas.
No obstante, como hemos señalado, para que esta sensibilidad e intuición pueda operar a plenitud, el individuo debe primero hacer un profundo trabajo de sanación interior. Solo la curación de las propias heridas profundas y ancestrales presentes en el propio corazón del cangrejo harán posible que este no tema entrar, sintonizar y trabajar con el campo emocional propio y ajeno. Esta labor requiere de introspección, apertura hacia la imaginación y una profundización en la habilidad de sentir. Si somos valientes para atrevernos a sumergirnos en las profundidades de nuestro interior, encontraremos la fuente de una fortaleza oculta y el comienzo del desarrollo individual. Es allí, donde descubriremos las raíces de nuestro ser. Si conseguimos enraizarnos en nuestro propio ser, experimentaremos un verdadero sentimiento de recogimiento y de seguridad natural.
Cáncer también nos habla de la necesidad de pertenencia. La Luna regente del signo hace del individuo una persona emocional con una fuerte necesidad de apoyo y con el anhelo de tener siempre alguien a quien pueda mostrar sus sentimientos o a quien pueda manejar con los mismos. Así pues, es muy dependiente del colectivo que lo rodea, sea su familia o el entorno en un sentido más amplio. Todos nosotros encontramos fuerza el sentido de pertenencia pero para Cancer esto es especialmente importante. Para este nativo el formar parte de un grupo, etnia, nacionalidad o familia le aporta seguridad a través de una unidad que lo reanima. No obstante, ha de cuidarse de no perder la individualidad en aras de encajar con la fuerza grupal. Nunca hemos de olvidar que el Sol nos pide autenticidad y auto-expresión. En Cancer, el trabajo creativo pasa por ser capaces de generar un estado de pertenencia sin abandonar nuestra originalidad y unicidad, lo cual es todo un reto. Alcanzar -como señala Huber- una conciencia grupal sana en la que, a través del reconocimiento de nosotros mismos como individuos, seamos capaces de prestar un servicio al mundo y al colectivo y -desde allí- fecundarlo, renovándolo y no confundiéndonos en él. Desde este prisma, la pertenencia no implica estancamiento, ni cesión de nuestros espacios, si no que se transforma en una especie de simbiosis donde el reconocimiento y la integración de lo que el grupo nos aporta nos sirve a su vez, para enriquecerlo con nuestro modo único e individual.
Así, tal como Explica Huber, para crecer, la semilla necesita de un suelo apropiado que la nutra de sustancia, pero este germen o semilla ya viene dotado con el empuje y el anhelo de la individualización. Una misteriosa fuerza de desarrollo que, en Cancer -como en el resto de signos cardinales-, tiene que ver con la voluntad. En Cáncer, la voluntad personal empieza a tomar conciencia de sí misma y, por primera vez, se percibe el anhelo de subir a la cima, es decir, de llegar a su opuesto complementario Capricornio. Alcanzada esta solidez interior de arraigo y la integración de una estructura, será posible una extensión de ese proceso hacia el mundo en el que, Cancer es capaz de adoptar un rol de apoyo y nutrición para el resto. Esto es, desde el punto de vista evolutivo, lo que representa la energía Cancer. Cualquier planeta o punto en la carta natal tocado por la energía del cangrejo se encuentra en un estado en que requiere un proceso interno tierno e indulgente de auto-sanación en un ambiente de seguridad. Si tiene éxito en ello, este ayudara a promover la curación de otros seres. Según Steven Forrest, desde un punto de vista metafísico esto se debe a que, en experiencias de vida anteriores, la parte canceriana de la persona experimentó un exceso de simpatía y compasión abrumador y paralizante que realmente resultó en incapacitarl@ para la acción, truncado por el dolor y el miedo. Sin embargo, esa curación interna será naturalmente seguida por la acción sanadora para otros en esta vida.
Así, la sanación y el auto-cuidado son el requisito previo para que Cáncer pueda desplegar sus regalos al mundo. Desarrollar la fortaleza, el amor y la aceptación de la "buena madre" interior es el primer paso para poder acompañarse al encuentro de las heridas infantiles que, dada su especial sensibilidad, pueden ser muy dolorosas. Cuando éramos niños corríamos hacia nuestra madre cuando teníamos hambre, cuando nos habíamos ensuciado o cuando alguien nos había asustado. Del mismo modo, ahora podemos zambullirnos en nuestras profundidades y contactar allí con las fuerzas protectoras del seno materno primordial y renovar nuestra fuerza. Si el nativo de cáncer logra dar este paso, entonces, tal como el cangrejo de agua salada, cáncer desarrolla un segundo caparazón. Uno más amplia y ajustada a las nuevas dimensiones de su evolución. Es ahora capaz de relacionarse activamente con el mundo, protegiéndose con su nueva y formidable estructura: el rol del sanador y el acompañante, extendiendo hacia afuera los delicados procesos de nutrición que primero empleo hacia adentro para explorar los nebulosos terrenos de su propio espíritu.
En cualquier caso, hemos de advertir que -tal como señala Steven Forrest- ambos caparazones del Cangrejo tienen sus riesgos. Si Cancer se queda atrapad@ en el primer caparazón de la timidez y el encierro en si mismo, entonces típicamente adopta una postura temerosa y conservadora ante la vida, aguantando un trabajo monótono, un matrimonio aburrido y silencioso, un espíritu limitado y medido. En la segunda coraza, la de quien nutre y sostiene, amenaza otro fantasma: la trampa de continuamente estar atrapado en el rol del psicoterapeuta, el protector, aquel que lo perdona todo. Esos roles son naturales y saludables para el cangrejo, hasta que se vuelven tan automáticos y adictivos que la totalidad y multidimensionalidad del individuo se hace invisible, perdida tras la coraza de su rol "materno". Como señala Huber, Cancer debe aprender que cuidar, nutrir y sostener no significa ser complaciente con todo el mundo a cualquier precio, sino ayudar a los demás en sentido espiritual, es decir, servirles de forma sabia. Esto, constituye para Cáncer el camino directo a su verdadero yo. Su tarea es ir más allá de la conciencia de masa y superar la dependencia del colectivo expandiendo su individualidad a través de la conciencia del amor y la solidaridad universal.
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