Plantea regente: Saturno
Elemento: Tierra
Modalidad: Cardinal
Arquetipos: El/La Ermitañ@, el padre, el primer ministro, la autoridad, el/la estrateg@, el/la ancian@.
Capricornio es el tercer signo de elemento Tierra, de polaridad femenina y modalidad cardinal. Regido por Saturno -Señor del tiempo y del Karma- su energía arquetipal deriva en cualidades como la perseverancia, la tenacidad, el cumplimiento de las normas, la autosuficiencia, la voluntad, el orden, la responsabilidad y la disciplina. Su regente es descrito por Huber, L. (2002:141) como el planeta de la cristalización y de la forma. Capricornio, con su fuerza saturnina, atrae, concentra, centraliza, reúne y conserva. Crea estructuras firmes, duras y resistentes.
Capricornio representa la energía esencial.
Lo destilado, lo más austero y sencillo, lo más profundo de todo lo que existe. Como señala Christian Luna, en términos cosmológicos representa:
"Las leyes que le dan estructura a la realidad, la sostienen y la limitan a lo que “es”. Las leyes de la naturaleza como la ley de gravedad, del electromagnetismo, la de la conservación de la energía, de la termodinámica, la velocidad de la luz, son invariables en el tiempo y el espacio, y nos indican lo que es posible y lo que no es posible. Capricornio también es la ley y las instrucciones que están inscriptas en el ADN, la estructura básica de la vida orgánica. Es lo que sostiene y no cambia, son las leyes que están por detrás de la existencia. Toda estructura responde a una ley y esto ocurre con todas las diferentes estructuras que hay en el Universo.”
En este signo corresponde captar lo más recóndito de la realidad.Hay que despojarse de todo lo superfluo para que solo reste lo imprescindible. Concentración. Una potencia muy particular. Después, esas energías de voluntad concentradas le permiten conseguir unos efectos profundos y decisivos.
En el décimo lugar de la rueda zodiacal, Capricornio se encuentra en la posición más alta del zodíaco. Es el momento en el que la energía que explotó en Aries logra tomar su máxima forma. Recordemos que -tal como explica Carutti- cuanto más nos vamos acercando al fin del zodiaco más complejo resulta definir la energía de los signos de forma pura y mayor distancia habrá entre la psicología promedio de sus nativos y lo profundo de dicha energía. A medida que avanza la rueda zodiacal, las energías adquieren mayor nivel de abstracción y sutileza, por lo que se incrementa su dificultad de ser expresadas en palabras y, mayor aún, es la dificultad de encarnar esa vibración de un modo más o menos pleno en la psique de un ser humano.
En el caso de capricornio, este representa el punto máximo del desarrollo y las metas espirituales más elevadas. En su predecesor signo de Sagitario, la humanidad alcanza un nivel de conciencia con capacidad de pensamiento independiente y una visión del mundo propia. Ahora, en Capricornio -el signo de tierra de la cruz cardinal- se añade la energía de la voluntad. Pasamos a comprobar la validez de las verdades intuidas, contrastándolas con la realidad. Las visiones y creencias obtenidas se someten a un proceso de maduración y se incorporan al carácter, constituyendo las leyes de vida autónomas con las que el individuo se rige.
Símbolo:
Su símbolo clásico tradicional es una cabra montesa con cola de pez/saurio. La primera de las interpretaciones de este ser mítico, la tomamos de la Escuela Casa XI, que explica que la cabra -a diferencia de las ovejas que van con el rebaño- siempre va sola y es capaz de llegar a lo más alto donde ningún otro es capaz de llegar. En la cola de Saurio vemos lo más primario, lo más informe y arcaico. Así, en la totalidad de este ser, encontramos el proceso evolutivo, toda la historia de la humanidad concentrada.
En definitiva, la cabra marina es un símbolo de poder definitivo y absoluto. Es el amo de dos mundos: el mar y las alturas rocosas. Escala los picos más traicioneros, nada en los océanos más anchos. Nada lo detiene. Una vez que su poderosa voluntad se fija una meta, es invencible.
Desde la antiguedad, la “Cabra de Mar” ha estado asociada históricamente a cualidades de majestad, prosperidad, sacrificio y profundidad. Su conexión con la divinidad se registra desde civilizaciones tan ancestrales como la babilónica, la cretense y la egipcia (Farrant,S. 1989:145-146). En la mitología griega se le identifica con la ninfa Amaltea quien fuera nodriza de Zeus (Júpiter) cuando su madre, Rea, se lo confiara para protegerlo de la voracidad de su padre, Cronos (Saturno), que devoraba a su progenie. La historia relata que la ninfa tenía cuernos que derramaban “néctar y ambrosía” y que, cuando uno de ellos se quebró, le fue ofrecido a Zeus y, a partir de entonces el “cuerno de Amaltea” es símbolo de abundancia. Para responder al gesto, Zeus la colocó en una de las constelaciones del cielo.
En otra de sus versiones, el mito de Capricornio relata que Pan -Dios de los cazadores y pastores- era perseguido por la serpiente Tifón y en un intento de huir se convierte en una criatura híbrida, un macho cabrío con cola de pez, y se lanza al Nilo. Zeus admira esta
estratagema y le eleva a los cielos.
Más allá de simbolismos, el arquetipo zodiacal encuentra lugares comunes con su representación fáunica. Así, la cabra montesa es un espécimen ágil y de pies firmes que se percibe autosuficiente y capaz de adaptarse a las agrestes condiciones del entorno. Quizás la cualidad que describe con mayor precisión la personalidad de Capricornio es la perseverancia de la cabra de monte, que se siente segura en las montañas más altas y acantilados, siendo capaz de trepar la montaña a paso lento pero seguro.
Objetivo de desarrollo:
Uno de los principios del nativo de Capricornio que hace resonar esta cualidad es escalar hacia el éxito con compromiso, perseverancia y planificación. En este sentido, el objetivo de desarrollo de este signo es precisamente el desarrollo radical de aquellas virtudes que equilibran nuestras emociones: integridad, paciencia, carácter, honor personal, persistencia, capacidad de retrasar la gratificación y de resistir la tentación. Capricornio nos guía al aprendizaje a través de la dificultad y la reiteración para que podamos desarrollar todas las habilidades necesarias para gestionar la frustración. Es por ello que al signo de Capricornio lo identificamos con la figura del padre o el maestro que nos motiva a integrar lecciones difíciles de aprender o aceptar.
Aunque está claro que para gozar de salud mental, es imprescindible estar en contacto con nuestras necesidades y emociones. Sin embargo, no es menos cierto que para ser funcionales en el mundo y en la sociedad, algo debe surgir para equilibrarlos.
Hemos de reconocer que toda creación y toda convivencia social dependen de una adecuada fijación de límites y una apropiada disciplina. Cualquier acto creador que merezca la pena deviene de un proceso de auto-regulación caracterizado por la constancia y la perseverancia indispensables para obtener resultados tangibles (Farrant,1989:151-152). Este orden es además, la base para la organización y la administración social. En este sentido, la limitación y autosacrificio capricorniano provienen del deseo de crear, a largo plazo, una estructura más armoniosa para el colectivo. Desde lo externo, parecen individualistas pero en realidad son sociales. Son la sociedad hecha individuo. La motivación cardinal de Capricornio es una motivación que apunta a la sociedad, energía de iniciación orientada a traer orden a la vida social. Mediante la energía de la voluntad, capricornio obtiene poder y autoridad para moldear estructuras firmes, duras y resistentes que le sobrevivan.
El peligro está en que -tal como apunta Carutti- con esta conciencia hipersocilizada el nativo de Capricornio nace con un sentido innato de la responsabilidad y de “hacer lo que hay que hacer”. En su fantasía siempre hay una manera en que las cosas se van a hacer bien, siempre hay un modelo al que atenerse. En consecuencia, adopta modelos de la realidad y de conducta de modo muy extremo. Se aferra a ellos y piensa “ esto es lo que la sociedad desea, entonces yo creo que ese es mi deseo”. Psicológicamente será una persona muy condicionada por los referidos modelos y no admitirá fácilmente la posibilidad de innovar. El camino de capricornio es darse cuenta que se identificó con un modelo y con un método que no tenía nada que ver con su yo esencial. Desprenderse del modelo para llegar a su propia ley le permitirá irse despojando de las leyes sociales para ir encontrando su propia ley como parte de la ley de la vida. De este modo, Capricornio puede ser, al tiempo, el más regio, convencional y reformista de todos.
Desde la astrología evolutiva, Steven Forrest, nos explica que cualquier planeta condicionado por la energía de Capricornio en nuestra carta ha llegado a un punto en su viaje evolutivo en el que está dando un gran impulso hacia la excelencia. La implicación metafísica es que la parte de una persona afectada por Capricornio, en una vida anterior, experimentó una sensación de fracaso. De alguna manera no se tomó el camino más elevado, llenando el alma de un sentimiento de vergüenza y culpa, y una resolución firme de hacerlo bien esta vez, cueste lo que cueste.
Pero qué implica para Capricornio la excelencia?
Aunque en las definiciones populares estos nativos son descritos como ambiciosos, materialistas y sedientos de poder y suelen representarse como astutos manipuladores, ávidos de explotar las vulnerabilidades ajenas. Esto se corresponde con la sombra de Capricornio y está muy lejos de representar lo que, en esencia, el nativo del signo de la cabra quiere alcanzar.
Es cierto, que el signo de la cabra tiene que ver con el poder, sin embargo esto no necesariamente significa dinero o fama. En este sentido, Forrest, nos explica que muchos hay que -aparentemente poderosos- viven atados por las restricciones de sus roles públicos. En ese caso, su máscara tiene poder, ellos no. Y, ese, no es el camino de Capricornio.
Capricornio percibe el poder mundano de modo diferente. El poder no significa gloria, significa libertad. Poder actuar según los dictados de su carácter esencial. El perfecto maridaje de su naturaleza y su identidad pública, es la meta final de Capricornio. La unicidad de lo interno y lo externo, probada y expresada en el foro social. En una palabra Capricornio es símbolo de la integridad. En la más alta expresión de este signo, no hay pretensiones. El comportamiento público visible es expresión de la esencia personal invisible.
El trabajo y la vida de uno se vuelven indistinguibles, porque uno comparte lo que uno ES.
En este sentido, aunque el trabajo -siendo público- debe ser ejecutado invariablemente ante la multitud, no se realiza para ella. La cabra no se desempeña en función del aplauso.
Si se engancha a la aprobación social, se desvía.
Como buen maestro de la soledad, Capricornio ha de encontrar la aprobación dentro de sí. Su éxito depende de volverse indiferente al éxito, al fracaso, a los elogios y a las críticas y a la difamación. Aprender que no necesita la aprobación de nadie, que si nadie lo aprecia o felicita, todavía puede estar contento con sus pensamientos y sus proyectos, sean cuales sean.
Su Meta: Integridad y soledad.
En este sentido, una de las estrategias evolutivas más efectivas para Capricornio es pasar tiempo solo. Paseos solitarios. Sueños privados. Correr en solitario, navegar o -por supuesto- escalar. Cualquier cosa que se pueda hacer en solitario puede ayudarle - lectura, meditación, cualquier hábito o afición que transforme la soledad en una oportunidad y que se persiga con entusiasmo. Sólo cuando el nativo alcanza y acepta un estado interior de soledad sano puede girar sus ojos al mundo. Si lo hace prematuramente, el glamour y el brillo pueden cegarle. Verá múltiples desafíos, todos atractivos y magnéticos para él. Querrá ascender a todas las cimas. El horror es que pueda elegir la equivocada.
En ese momento, Capricornio se encuentra en una encrucijada. Justo cuando el mundo se abre ante él en toda su riqueza, debe volver a su soledad. Debe encontrar la fuerza para mirar a otro lado, para desviar sus ojos de lo externo y volverlos hacia sus raíces. Sin embargo, el aislamiento no debe ser eterno. Capricornio debe enfrentarse al mundo, subir la montaña. Resistir las tentaciones escondiéndose de ellas no lleva a nada. Solo debe mirar hacia otro lado para reconectar con su certeza, su seguridad interior que le recuerda que no necesita la afirmación exterior. Su autoestima es sólida, ya sabe quien es.
Con tranquilidad, mira fríamente el mundo de la celebridad y el renombre. Puede entrar en él, pero con la mente plantada firmemente en su objetivo: hacer sólo lo que le es natural.
Por eso, Capricornio debe seleccionar un papel público que exprese sus propios valores e intereses personales. Tal vez sea un trabajo, tal vez un voluntariado o un servicio público. Quizás sea un hobbie. Sea cual sea la forma que tome, la gente puede animarle, llamarle maestro o considerarla un fracaso. No importa.
Todo lo que cuenta es si está siendo él mismo.
Recursos de Capricornio
Antes de encontrar su lugar en la sociedad, el camino de Capricornio, le requiere que desarrolle algunas habilidades. Su camino es desafiante. Derrotas, incertidumbre, largos períodos con escasas recompensas forman parte de su experiencia. Para crecer, Capricornio debe asumir algún gran trabajo, algún esfuerzo que lo lleve a los límites de su potencial.
Debe persistir y luchar, contra demonios externos e internos.
Capricornio está preparado, sabe que no puede detenerse o entretenerse mucho tiempo en lo superfluo antes de alcanzar la meta. Capricornio siente placer en otro tipo de circunstancias: el logro es el éxtasis. Es lo que permite posponer el disfrute momentáneo, en pos del placer futuro.
En este sentido, estos nativos pueden tener una especial dificultad para “disfrutar del camino”. Sienten está fuerte necesidad de esforzarse para realmente poder disfrutar de sus logros, tanto que -desde fuera- puede llegar a parecer que se inventaran obstáculos, llegan a ponerse una presión que ningún otro signo se pondría.
En cualquier caso, entre sus recursos, dos especialmente les permiten soportar esta presión implacable: paciencia y autodisciplina.
Como ningún otro signo, Capricornio puede esperar. Pero no se trata de indecisión, ni vacilación. Es la intensidad y la quietud de un lince a pocos centímetros de la presa, esperando el momento correcto en que, sabe, su recompensa llegará.
La autodisciplina de estos nativos también es incomparable. A pesar de las presiones, una vez que ha tomado una decisión se mantiene en su curso. A pesar del miedo, la frustración y la resistencia su comportamiento refleja sus intenciones, no sus emociones.
El instinto práctico es otra de sus habilidades.
Capricornio obedece a la Ley de la realidad, aquella que no puede ser infringida jamás. La única vía posible es comprender esa ley y actuar de acuerdo a ella. Los hechos tal cual son.
Estos nativos entienden que la realidad no tiene malas o buenas intenciones con nadie, que no puede ser gobernada y que lo único que hay para hacer es entregarse confiar y comprenderla. Capricornio puede fantasear, pero sólo si hay una posibilidad lógica de que se haga realidad. Si esa posibilidad existe, la cabra trabaja eficientemente y con absoluta persistencia hasta que el sueño se materialice. Pero, si la oportunidad no existe, desecha las fantasías de inmediato. De hecho, Capricornio cree que su autoridad deviene de que es él quien construye la realidad mucho mejor que los otros. Él es mucho más realista, mientras los demás son demasiado emocionales, idealistas y fantasiosos y no saben adjudicarse prioridades. Así, el nativo de este signo experimenta la realidad fáctica en plenitud. Debido a esta visión hiperrealista el capricorniano es caracterizado como analítico, objetivo, previsor, estructurado, paciente, introvertido, frío, melancólico y permanentemente confrontado con la limitación y la disciplina.
Todas estas cualidades conforman una voluntad de hierro.
Los nativos del signo de la cabra buscan que sus acciones reflejen siempre sus intenciones y no sus emociones. Esto, sobre todo cuando estas emociones puedan reflejar su vulnerabilidad. En este intenso contacto con la realidad es inevitable que los nativos de este signo sientan sentimientos de trepidación, rendición y frustración pero saben “escoderlos” muy bien. Su soledad, su determinación, su paciencia, su lógica infalible, todo le permite capear las tormentas y des-ánimos de la vida diaria sin perder nunca de vista sus sueños.
Capricornio puede ser lento. Puede parecer como si se hubiera detenido en seco.
Pero siempre al final, consigue lo que quiere. Sin embargo esto requiere un enorme autocontrol. Aplicado correctamente, le permite escalar cualquier pico. Elige y actúa.
Si se encuentra con el fracaso, persiste. Pero si ese autocontrol se aplica mal, nos podemos encontrar con lo que puede ser parte de su sombra
Sombra
En este sentido, el autocontrol de Capricornio debe aplicarse siempre al mundo objetivo. Cuando Capricornio experimenta que sus nervios le traicionan o que su resolución flaquea, entonces ese autocontrol se distorsiona y se manifiesta como una supresión de las respuestas emocionales a los problemas y desarrollos de la vida. En estos caso, el nativo se desconecta de sus emociones.
Ningún signo puede parecer tan poco emocional. Aún si su vida se descontrola, Capricornio puede parecer tan frío como una roca. Por ese camino, el nativo se encuentra con su sombra más oscura, una perversión de su soledad natural: el aislamiento. Solitario y poco expresivo Capricornio sigue manteniendo temple y tesón, pero ahora desvirtuados. Al perder el propio camino, pretende determinar el de quienes le rodean. Se vuelve dictatorial y tiránico. Desarrolla una actitud condescendiente con quienes comparten su vida y busca el poder externo desesperadamente. Quiere imponer su autoridad y persigue exteriormente la aprobación que debería encontrar en su interior.
Y, muchas veces, tiene éxito. Se abre camino a la cima con toda su persistencia y determinación. Pero cuando llega allí, sigue insatisfecho. Así que se esfuerza más. Entonces toda su energía le dice que tiene que llegar a un punto, conquistar una cima.
Así, pone toda su energía en el siguiente logro y así, en el logro se desdobla, -y tal como señala Carutti- deja de ser yo mismo para llegar a ser un yo mismo a lograr. Es el logro de ser algo, que siempre anhela ser. Se convierte en un adicto al trabajo, perdiendo el contacto con su cuerpo físico y el dolor de su corazón. Y puede llegar a morir aun víctima de su papel y sus responsabilidades, poderoso, quizás rico, pero solitario.
Como adelantamos, el objetivo de desarrollo de Capricornio requiere que las emociones naturales sean controladas y dirigidas en una gestión sana.
El horror es que pueden ser suprimidas por completo. Sometido a un estrés extremo, la última de las funciones de la cabra marina en colapsar es el comportamiento. La superficie. Incluso en el límite de su vitalidad, Capricornio puede seguir su curso. En cualquier caso, Steven Forrest nos señala, que el mayor peligro no es que Capricornio pierda el contacto con sus sentimientos. Es más bien que todos los demás puedan perder el contacto con los sentimientos de Capricornio. Puede encontrarse encerrad@ en el papel de la Autoridad, dirigiendo perfectamente el espectáculo y mientras tanto marchitándose en un confinamiento solitario autoimpuesto. En ese camino, empezamos a observar una exagerada tendencia a controlar a los demás. Estos problemas de control se derivan en última instancia del terror de Capricornio a sus propias necesidades humanas, impulsos y límites.
Así, en este lado de la sombra de Capricornio, cuando un nativo de este signo ha ido demasiado lejos en el frío camino de la autosuficiencia absoluta y la excesiva “adultez” -
reprimiendo sus propias necesidades e impulsos naturales- entonces nos encontramos con la proyección, atrae hacia sí individuos que encarnan las partes de sí mismo que Capricornio ha perdido. Tanto en la pareja, como en el trabajo y con sus amistades puede generar dinámicas de padre-hijo entre vínculos supuestamente iguales. Poder hacer consciente esta tendencia y acercarse a observar los verdaderos motivos por los que necesita “hacerse cargo” es un primer paso para poder re-establecer relaciones igualitarias y reformular conceptos como el de compromiso y autoridad desde una perspectiva más sana. Aligerarse y permitirse ser cuidado y procurarse el auto-cuidado
Como hemos visto, a lo largo del artículo, el ascenso hacia la cúspide es la metáfora capricorniana por excelencia.
Como vemos, el ascenso hacia la cúspide es la metáfora más habitual en este arquetipo, con lo cual no nos debe extrañar que sea Capricornio el gobernante del Medio Cielo del Mapa Natal. En este sentido, el Zenit de la carta natal (casa 10) apunta a nuestros objetivos y aspiraciones, nuestra reputación y posición social sobre todo, aquella “riqueza” y “reconocimiento” que -en contraposición a cualquier favor que nos haya sido “dado”- nos hemos ganado. En capricornio el individuo alcanza el punto más alto de la experiencia de sí mismo. Una vez en la cima, no se puede ascender más allá. Como refiere la autora (Huber,L.,2002:142), este es un punto de inflexión en la experiencia capricorniana. El peligro radica en adoptar una actitud elitista o prepotente y asumir que “hemos llegado” y quedarnos estáticos en el mismo lugar. La inteligencia del sistema nos llama a asumir un nuevo reto. No persiguiendo una nueva cima, si no, a continuar el recorrido, siguiendo las energías de la vida y emprender humildemente el descenso para transmitir a los demás el conocimiento y la luz adquiridos en nuestra travesía, acompañándolos en su camino a la cúspide.
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Fuentes:
-Farrant, Shelia (1989) “A Matrilineal Zodiac, Symbols for Women”. Mandala, an imprint of HarperCollins Publishers.
- Forrest, Steven (2012), The Inner Sky.
-Huber, Louise (2002), “Los signos del Zodiaco. Reflexiones y meditaciones”. API, ediciones.
-Astrohología (2018), Alejandro Christian Luna y Vanessa Maiorana
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