Arquetipo: El guerrero, el pionero, el superviviente, el conquistador.
Plantea regente: Marte
Elemento: Fuego
Modalidad: Cardinal. El signo de Aries tiene la fuerza impulsiva de la cruz cardinal que emana voluntad y omnipotencia.
Características: Inicios, acción, competitividad, auto-afirmación, impulsividad, instinto, agresividad y valentía. impulso emprendedor. Energía y fuerza “explosiva”Impaciencia, exceso de individualidad.
Aries es el primer signo del zodíaco. Es el signo del YO.
Con la entrada del Sol en Aries se inicia un ciclo de manifestación. Aries representa la fuerza nuclear del yo que empuja hacia el desarrollo. En ese empuje, es la fuerza y potencia de la voluntad concentrada es capaz de apartar del camino cualquier impedimento sin dudar.
En Aries aparece la voluntad de vivir. Podemos observar esta fuerza de inicios en el mes Aries con la llegada de la primavera. En los capullos y en las hojas recién brotadas podemos apreciar la nueva vida encarnando y el comienzo de un nuevo ciclo. La envoltura externa es perforada por el impulso de la fuerza interior.
En Aries, la fuerza dinámica de la voluntad del yo interior comienza su lucha hacia la expresión. Es el punto de partida en el proceso de llegar a ser uno mismo. La fuerza del yo se expresa de forma impetuosa pero, con frecuencia, de manera tosca. Su único objetivo es
llevar a cabo su voluntad y sus deseos. Para alcanzar el total y completo florecimiento del potencial ariano, debe superar sus miedos y desarrollar el coraje pero de un modo refinado, a través de la fuerza de voluntad. Especialmente, cuando se enfrenta al stress, a los obstáculos o las distracciones que el miedo crea. Conformarse con ser temerario no tiene sentido, porque esto simplemente representaría un estado muy pco sano de desconexión con las emociones naturales de auto preservación.
Para Aries la premisa es "Siente el miedo y hazlo de todos modos". Siempre el miedo es el monstruo que resguarda las puertas del jardín. La parte de la psique que esta definida por la energía ariana ha encontrado un punto en su viaje en el que las emociones naturales de miedo se interponen entre ella y las experiencias que necesita experimentar para crecer. Tras experiencias fuertes y difíciles que dejaron una profunda huella en un alma atemorizada y recelosa, ahora es el momento de retarse a si mismo sa enfrentar el miedo al estilo de un@ verdader@ guerrer@, volviendo a subir al caballo del que cayó.
Para integrar el coraje, Aries debe intencionalmente exponerse a aquellas situaciones que nos asustan o intimida. Esto implica aceptar el riesgo y buscar la aventura. Respirar profundo e intentar aquello que tanto te atemoriza. El aprendizaje será mucho mayor del que esperas. Al enfrentar tus miedos, le enseñas a tu parte inconsciente una lección sobre su propia fortaleza y, en adelante, cada vez que enfrentes un reto o una situación atemorizante será más fácil y sentirás menos temor. Precisamente, el recurso del carnero es el coraje. Toda la valentía del carnero existe dentro de este nativo, pero debe ser invocada por un conjunto de circunstancias atemorizantes antes de que el individuo la haga plenamente consciente.
Igualmente, el guerrero ha de tener presente que la valentía nada tiene que ver con no estar asustado o no sentir miedo. Se puede estar petrificado y, aún así seguir adelante para hacer todo lo necesario ante aquello que me "amenaza".
Aunque este proceso puede ser físico, como enfrentar nuestro miedo a volar o a las profundidades del mar, también puede ser de muy diversa naturaleza, puede ser interior cuando tenemos que enfrentarnos a una figura de autoridad o a un miedo muy arraigado sobre nosotr@s mismos, nuestras cualidades y/o nuestro valor. Independientemente de ello, el principio ariano siempre es el mismo, cuanto mas miedos enfrenten sin dudar, iras convirtiéndote en una persona con cada vez más coraje.
Aries es impulsivo, emprendedor y entusiasta. Irradia fuerza y energía, y muestra coraje e intrepidez incluso en situaciones desesperadas. Los nacidos bajo Aries van siempre hacia delante y tienen la capacidad de entusiasmar a los demás. Son pioneros que colaboran activamente en el progreso del mundo pero que se preocupan muy poco por las consecuencias de sus acciones. Aries actúa primero y piensa después. Quiere obtener el éxito inmediato y tiene muy poca paciencia para tareas a largo plazo.
El aporte de Aries es su capacidad de movilizar un increíble potencial de fuerza impulsiva y concentrada indispensable para iniciar procesos. Sin embargo, es casi imposible mantener tal caudal energético y potencia en el tiempo, por lo que estos nativos están sometidos, como señala B. Huber, a la ley de tensión y relajación. Así, Aries tiene fases en las que participa en la vida de forma muy activa y en las que se abalanza con un entusiasmo desbordante hacia las metas que desea alcanzar, y fases en que su energía se agota y necesita un período de recuperación. En el campo de la psicología, este aspecto puede manifestarse en forma de ciclos maníaco-depresivos. La curva de energía psíquica de su voluntad crece rápida e intensamente pero, al cabo de un tiempo, vuelve a caer. La impetuosa fuerza impulsiva de este signo de fuego hace que, muy a menudo, se encuentre con qué ha rebasado el objetivo que se había establecido. Uno de los aspectos que Aries debe cultivar es la capacidad de moderar y dosificar sus fuerzas, y ésta es una tarea en la que trabaja a lo largo de toda la vida.
Debido a su impulsividad, a Aries le resulta difícil respetar los límites, tanto los propios como los ajenos (especialmente estos últimos) y con frecuencia su acción decidida entra en conflicto con cualidades como la paciencia, el tacto, la forma, la moderación, el decoro, etc.
Arrollar y sobrepasarse son características muy típicas de este signo. Esto le ocasiona dificultades en las relaciones con los demás. En su percepción esto genera la sensación de una permanente lucha o ataque externo. Sin embargo, para Aries esto puede resultarle energético y motivador. Integrar algunas cualidades de su signo opuesto complementario Libra, como el dialogo y la negociación, lo ayudará a generar y mantener sus vínculos.
El Guerrero debe saber que su fuerza puede actuar de forma destructiva o de forma creativa, dependiendo de cómo se aplique. El lado oscuro del carnero subyace en direccionar erroneamente su fiero poder. Puede que una persona, en vez de dirigir toda esa energía destinada a superar sus miedos y los retos necesarios para alcanzar sus deseos, se llene de excusas y renuncie a ello. En ese caso, su energía se disipa sin ningún enfoque claro y puede acumularse generando frustración y mostrarse de manera destructiva en un temperamento explosivo y/o discusiones constantes.
Desde una perspectiva psicológica profunda en Aries comienza el desarrollo del yo. La regulación es el secreto para canalizar esta fuerza de forma constructiva. Para ello, hemos de conocernos a fondo y familiarizarnos con nuestra fuerza y sus efectos. En esta construcción del YO, hemos de ser conscientes que si tenemos un centro débil y poco desarrollado las influencias externas nos afectaran excesivamente, pero que si el yo es demasiado fuerte existe el peligro de que cristalice y este tan cerrado que seamos cautivos de nuestra propia identidad, dejando de lado a nuestros semejantes y las experiencias y aprendizajes del entorno. En la vida, un yo demasiado débil es un obstáculo pero un yo endurecido también lo es.
Por lo general, el individuo Aries tiene una clara conciencia de sí mismo y se sentirá impulsado a la actividad por fuerzas internas y externas. Su propósito será crear un mundo nuevo y mejor. Pero siempre existe el peligro de que, debido a una ambición derivada de un exceso de énfasis en el yo, intente sobrepasar a los demás en algún ámbito, bien sea en conocimientos, en cultura, en su propia profesión o en cualquier otro aspecto. Entonces, con mucha facilidad, se cae en una sobrevaloración de la propia importancia personal, surge un espíritu de competitividad insano y se producen luchas de poder. A través de la competitividad se quiere demostrar fuerza e independencia, sin embargo el valor depende del resultado de la "lucha" o del rival/contrincante. En este contexto, Aries teme que los demás vean sus puntos débiles. El ser o el yo recién nacido que se manifiesta por primera vez en Aries todavía no está completamente formado, es inseguro, se lo puede herir con facilidad y se siente amenazado. Si el entorno ejerce un efecto demasiado intenso Aries acabará construyendo un mecanismo de defensa para protegerse. Para Aries, este mecanismo es el ataque o la superación al oponente. En este sentido, la fuerte tendencia a la extroversión de Aries lo lleva a intentar resolver los problemas y los conflictos mediante enfrentamientos con el mundo exterior, en lugar de hacerlo en su interior. Generalmente, atribuye el éxito que obtiene en el mundo a sus propias fuerzas y sobre esto construye su autoconciencia. Y esta acción y guerra con lo externo devela un yo atrincherado en una identidad amurallada. La tarea espiritual de Aries consiste en derribar los límites endurecidos y superar los muros y las barreras levantadas por el miedo para que la vida pueda progresar y desarrollarse.
Tras el agotamiento y la última derrota, los muros de Aries se desmoronan para para darse cuenta que en su defensa permanente es totalmente dependiente de lo externo. Quien está demasiado ocupado protegiéndose o queriendo satisfacer todas las demandas externas, no tiene tiempo para conocer, desarrollar y fortalecer su verdadera naturaleza, ni para establecer una relación con el mundo externo que esté en sintonía con su ser interior. Para Aries, el aprendizaje pasa por tener el coraje de mostrarse al mundo afirmando: «Yo soy así, pienso así y actúo así. No me rijo por la opinión de los demás. Soy como soy». Cuando esto viene de una verdadera certeza y seguridad interior, la necesidad de subordinar y avasallar al otro como símbolo de supremacía desaparece porque cuando vemos y abrazamos genuinamente la propia importancia individual, somos capaces de ver y comprender la del otro y en este sentido, respetarla.
Llegar a ser uno mismo es uno de los temas fundamentales de la experiencia Ariana. Por eso el proceso para Aries pasa por encontrar el verdadero yo que proviene de nuestra más profunda fuente de vida. La fuente de energía que nos permite experimentar el «yo-soy» y nos conduce al «yo-quiero» y al «yo-puedo». Nos damos cuenta de que -independientente de un otro- somos útiles y de que nuestra aportación es valiosa. Con esta certeza interior nuestras fuerzas crecen y nos sentimos capaces de crear un nuevo orden.
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